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Baja Visión


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¿Qué es la baja visión?

La Baja Visión es un problema creciente debido, fundamentalmente, al incremento de la longevidad, si bien puede presentarse a cualquier edad por motivos genéticos o hereditarios, entre otros. Actualmente, en España, hay más de 2 millones de personas que padecen baja visión y que no han recibido tratamiento para rehabilitar ese resto de visión que aún conservan, lo que les ayudaría a mejorar su calidad de vida.
Aquellas personas que mantienen cierto grado de visión útil pueden beneficiarse de la adaptación de ayudas ópticas. Estas ayudas deben ser prescritas y adaptadas por un especialista en Baja Visión en función del resto visual disponible y de las tareas visuales que desee realizar el paciente. La adaptación de ayudas de baja visión es siempre un complemento a los tratamientos médicos/quirúrgicos y no sustituye a una consulta oftalmológica.

En el ICQO, contamos con una unidad de Baja Visión  que dirige su trabajo principalmente hacia aquellos pacientes cuya agudeza y/o campo visual no ha mejorado tras los adecuados tratamientos médicos y/o quirúrgicos. Se intenta asegurar que el paciente no pierde su independencia y su autonomía por no haber sacado el máximo provecho al resto visual que aún conserve.

Recientemente, se ha creado la asociación Retina Bizkaia Begisare cuya finalidad es mejorar la calidad de vida de las personas que padecen este tipo de enfermedades.

Pacientes con baja agudeza visual (10-30%) y/o Campo visual reducido central o periférico y/o Fotofobia. Dificultades para la lectura o la deambulación

La unidad de baja visión se encarga de mejorar la calidad visual de los pacientes con agudezas visuales limitadas que no pueden ser tratadas con cirugía, fármacos, o con corrección óptica (gafas) habitual.
Las causas más frecuentes de baja visión son la degeneración macular asociada a la edad, miopía magna, retinopatía diabética y enfermedades corneales.

La posibilidad de leer, suele ser el deseo más común de los pacientes, pero también disminuir las molestias provocadas por el sol, realizar sudokus, ver la televisión, pasear sin miedo a caerse, y así, recuperar el ocio y la vida laboral si el paciente es así lo requiere.

Una vez valoradas las posibilidades reales de mejora, el paciente podrá conocer los métodos, ópticos y no ópticos, que en su caso sean más adecuados. Además, también se le enseñará a manejarlos y familiarizarse con ellos, por esta razón el paciente deberá acudir más de una vez al instituto.






Métodos ópticos

  • Filtros especiales de baja visión

Son filtros que nos eliminan el espectro de la luz azul, que podía decirse que es la que genera el “ruido” visual, su eliminación mejora el deslumbramiento, la fotofobia, y mejora la adaptación en los cambios bruscos de luz. Alguno de ellos puede utilizarse incluso en conducción.

  • Microscopios

Son gafas para visión cercana con lentes positivas superior a 4 dioptrias, que se colocan en uno o los dos ojos. Precisan una distancia de lectura más cercana de lo habitual.

  • Lupas

Son las más conocidas, son eficaces para lectura de cosas puntuales: recibos, precios, pero no son lo más adecuado para la lectura más prolongada, por la incomodidad de la sujeción y porque en general disminuyen el campo visual.
También existe lupas electrónicas, que funcionan como una manual, pero además permiten capturar una frase, o palabras, a modo de foto y después analizarla a mayor aumento o diferente contraste.

  • Telemicroscopio

Para ayuda a visión a dos metros y visión de cerca, se coloca sobre una gafa, y en un solo ojo.

Métodos no ópticos

  • Atriles

Mejoran el confort en la lectura, sobre todo para aquellos que precisan lectura a distancia muy cercana.

  • Luz

El elemento externo que nos puede ayudar más a conseguir una mejor visión cercana.

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