Ojo seco

¿Qué es el ojo seco?

La enfermedad del ojo seco se produce por una serie de alteraciones en la película lagrimal que condicionan este importante mecanismo de defensa. Esto se traduce normalmente en molestias oculares como sensaciones de quemazón o de arenas, cansancio ocular o fatiga.

Esta circunstancia se puede dar en situaciones cotidianas. Es más, todas las personas padecemos ojo seco en algún momento de nuestra vida. Por ejemplo, si estamos mucho tiempo con los párpados abiertos, como al estar frente al ordenador, podemos sufrirlo sin que tengamos una patología previa. Estos casos menores se tratan con lágrimas artificiales con una mejoría notable.

El ojo seco sin embargo es más complejo de la que pueda parecer. Existen otros síndromes donde ya hay una hiposecreción lagrimal o una alteración de la lágrima más crónica o grave, que exige otra serie de tratamientos. Para ello debemos usar antiinflamatorios específicos para el ojo seco y lágrimas artificiales adaptadas al tipo de ojo seco. 

Otra forma muy frecuente de ojo seco es la motivada por alteraciones del borde del párpado, por disfunción de las glándulas locales o por inflamación. Estos casos cursan con lágrima de “mala calidad”, si bien a menudo se asocia a una escasa producción lagrimal.

Es importante tener en cuenta que hay molestias oculares que parecen tener este origen, pero en realidad no están asociadas a ojo seco. Es posible una sensación de sequedad y que la lágrima sea normal. En esas situaciones puede ser un dolor neuropático que requiere tratamiento específico.

Tratamientos para el ojo seco

Los casos más leves de ojo seco se tratan con lágrimas artificiales y con algunos consejos: generar un ambiente húmedo, evitar en lo posible lo que ocasione sequedad ambiental, … También se recomiendan aportes nutricionales específicos (omega-3, DHA, …)

Dentro de los tratamientos especiales, el ICQO es pionero mundial en el uso de PRGF (derivados plaquetarios) en forma de colirio para tratar el ojo seco. Se trata de emplear el contenido de las propias plaquetas para elaborar un colirio muy eficaz en formas crónicas y graves de ojo seco.

Dado que el ojo seco tiene un componente inflamatorio, los antinflamatorios pueden ser necesarios en algunas etapas de la enfermedad. En las formas secundarias a alteraciones de las glándulas palpebrales, la higiene específica de los párpados de manera rutinaria es la parte fundamental del tratamiento. Además, en el ICQO empleamos la técnica de IPL (Intense Pulsed Light) para mejorar el funcionamiento de las glándulas palpebrales.

El ICQO lleva años estudiando específicamente los tipos de ojo seco y de dolor ocular, lo que ha dado lugar a varias tesis doctorales y a publicaciones científicas internacionales.

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